


EL ESTRÉS
La activación y tensión de nuestra mente y nuestro cuerpo nos ayuda a sobrevivir, ya que nos empuja a actuar para satisfacer nuestras necesidades.
Cuando afrontamos situaciones que nuestro cerebro considera retos, amenazas o cambios de cierta importancia a los que hay que adaptarse, ese nivel de tensión se incrementa por encima de los niveles que tenemos habitualmente en situaciones normales.
A esa reacción corporal y mental de subida de nuestra tensión en momentos críticos se le llama estrés o tensión emocional.
Un cierto grado de estrés en algún momento puntual es natural y puede ser sano y positivo, pero si es excesivo o se prolonga suele ser desagradable, además de suponer un desgaste de energía, de ser nocivo para nuestra salud, de reducir nuestro sistema inmunológico y de acelerar el proceso de envejecimiento.
EL ESTRÉS LABORAL
El estrés laboral aparece cuando las exigencias del entorno laboral no se ajustan a los recursos, conocimientos y capacidades personales, lo que ocasiona dificultades para afrontar éstas de forma satisfactoria, generando altos niveles de excitación y angustia, desgastando la salud del trabajador.
Entre las reacciones que produce el estrés laboral diferenciamos cuatro tipos:
a) Reacciones emocionales, como ansiedad, depresión, malestar, desasosiego o cansancio.
b) Reacciones cognitivas, como preocupaciones, dificultad para tomar decisiones, desorientación, bloqueos mentales o hipersensibilidad a la crítica.
c) Reacciones fisiológicas, como rigidez muscular, aumento de la tensión arterial y la frecuencia cardíaca o problemas gastrointestinales.
d) Cambios en la conducta, como pueden ser la adquisición de hábitos nocivos (tabaco, alcohol, comer en exceso) y conductas de riesgo (conducción temeraria, pocas precauciones en el puesto de trabajo).
Nuestras emociones tienen un impacto importante y rápido sobre el conjunto de nuestra fisiología, en particular sobre nuestro corazón. Aprender a controlar nuestras emociones, armonizar nuestros sistemas fisiológicos y desactivar situaciones estresantes nos ayudará a recuperar calidad en nuestras relaciones y en nuestra vida en general así como optimizar nuestro rendimiento en el trabajo.
¡Una tasa de estrés elevada puede conducir a sufrir el síndrome de desgaste profesional, el BURNOUT!


